Ya está llegando el invierno y
con él el frío por lo que muchas tardes no podremos salir de casa por el mal
tiempo así que nada mejor que disponer de cuentos infantiles para poder leer un
rato y pasar unas tardes entretenidas; a mí me encanta la lectura y es lo que
intento inculcarles a los pequeños de la familia, por eso tienen sus
estanterías llenas de libros y piden uno cada noche cuando se van a la cama;
esta vez tengo entre mis manos uno llamado El sol y el girasol que es para los
más pequeños de casa.
Para mí la lectura es muy
importante, en el colegio intentamos explicar cuentos e historias y en casa lo
mismo porque son estupendos para trabajar distintos sentimientos y así fomentar
también el vocabulario.
Es un ciento de la editorial
Picarona, es de tapa dura para que los más pequeños no puedan estropearlo;
todas y cada una de las páginas están llenas de color, eso hace que los
pequeños presten más atención.
Este cuento me llamó la atención
porque trabajas los sentimientos así como la importancia de la amistad.
Es una bonita historia de un
girasol que destaca del resto de sus hermanos porque es un gruñón, nunca
sonríe, nunca habla con nadie... tiene muy mal carácter.
Cuando hace sol sus hermanos se
ponen a jugar con una pelota hecha de hojas pero hasta eso le parece ridículo
porque no rebota y no se lo pasaría bien.
Por las noches se ponen a cantar,
no cantan demasiado bien pero quieren demostrar que están felices cosa que no
le gusta al girasol gruñón que se molesta por esos alaridos que hace que le
duela la cabeza.
Una mañana el sol se despierta y
se da cuenta que el girasol está desesperado, está triste y quiere hacer algo
por él así que llama a los pajaritos para que lo ayuden con una idea que ha
tenido; lo cogen entre todos y lo suben hasta donde está el sol porque piensa
que necesita distraerse.
El girasol gruñón está un poco
preocupado porque teme caer, el sol vive muy alto pero no le pasa nada y llega
a su destino.
Pasan el día bebiendo té y
charlando hasta que cae la noche y llega una bonita y reluciente estrella que
se pone a tocar el violín de forma delicada y melódica.
El girasol gruñón ahora se lo
pasa bien pero ya ha caído la noche y la luna ha hecho acto de presencia y cree
que es hora de ir a dormir así que tiene que despedirse y regresar con el resto
de sus hermanos.
Cuando regresa el girasol se le
ve feliz, resplandeciente, con una sonrisa enorme en su cara; por fin se ha
convertido en un girasol feliz como el resto de sus hermanos.
El sol, se ha ido a la cama para
dejar que la luna ilumine la noche, se ha ido contento porque sabe que abajo,
en medio del campo tiene un nuevo amigo con el que divertirse.
Es un cuento precioso que ayuda a
conocer las emociones e incluso poder hablar de ellas; además creo que nos
ayuda a los adultos a darnos cuenta que en las pequeñas cosas está la felicidad;
sin duda ya forma parte de mi biblioteca.